Rutas de senderismo por Santa Eulalia OscosNatural

La ruta comienza en el área recreativa de Pumares, cruzamos la carretera y nos dirigimos paralelos al río hasta Pumares , pueblo de antigua actividad Ferreira en el que todavía podemos observar los restos de un antiguo mazo.

Desde aquí, por una senda señalizada, y dejando el río Agüeira a nuestra izquierda continuamos un ligero ascenso adentrándonos en un bosque legendario caracterizado por especies de ribera (alisos, fresnos, sauces y avellanos) y por robles y castaños que con sus caprichosas formas son verdaderos monumentos.

La mayor parte del camino está guardado por paredes de piedra adornadas de musgo, con una mullida alfombra de hojarasca que amortigua nuestros pasos. Ya en la Ancadeira pasamos al lado de varias construcciones abandonadas que nos muestran la importancia que tuvo el lugar.

Continuamos atravesando el mágico y solitario “Valle del Desterrado” que nos lleva hasta un cruce en el que podemos continuar de frente hasta alcanzar la cascada (seimeira) de unos 30 metros de caída o bien desviarnos a la izquierda cruzando un pequeño puente que nos llevará tras un leve ascenso hasta el pueblo de Busqueimado donde podremos visitar la capilla, consagrada a San Pedro, acompañada de dos impresionantes tejos catalogados como monumento natural.

El camino de vuelta se hará por el mismo sendero en sentido inverso.

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Empezamos la ruta en la hermosa aldea de Ferreira, una de las mejor conservadas del municipio, donde podemos admirar la arquitectura popular de la zona, mientras paseamos por sus estrechos caminos a la sombra centenarias parras.

Tras cruzar el pueblo iniciamos el ascenso hacia Nonide, adentrándonos poco a poco en manchas boscosas de castaños, robles y abedules que se abren en pequeños claros permitiéndonos ver el cañón del río Agüeira en su rápido discurrir hacia su desembocadura en el río Navia.

Pasando Nonide iniciamos un fuerte descenso inmersos en un gran bosque de castaños, en cuyas laderas podemos ver “cortines“ construcciones circulares de piedra que protegen las colmenas de los ataques de fauna, y del fuego.

Pronto llegaremos al río Allonca que trae las aguas de la vecina Galicia y las vierte al río Agüeira en una zona conocida como “ ponte de A coba” lugar ideal para darnos un baño y continuar con energía el ascenso, hacía La Coba y Coba; a partir de aquí bordearemos la montaña a media ladera entre el brezo, tojo y escoba alternados con pequeños bosquetes de árboles autóctonos, que nos harán llegar de nuevo a Ferreira de forma rápida y agradable.
De nuevo en el punto de partida no podemos finalizar el día sin disfrutar del área turística de Ferreira donde podremos descansar y practicar actividades acuáticas ( piragüismo, pesca, baños, etc.).

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La ruta se inicia en las inmediaciones de la localidad de Barcia, en una vega existente antes de entrar en el pueblo.
Barcia, es una localidad con el característico caserío tradicional de la comarca, con casas muy cúbicas, herméticas, con pocos vanos, muros de mampostería de cuarcita y pizarra, piezas de cantería reservadas a esquinas y marcos de ventanas y puertas y cubiertas de pizarra con los típicos cruceiros en los vértices.

Entre ellas destaca la de Aquel Cabo, construida en 1792 por la familia de Antonio Martínez de Lastra y Ron. Es una casa-bloque de planta rectangular, con dos pisos, y una capilla en forma de torre, dedicada a San Antonio, con un patio con hórreo, palomar y otras construcciones anexas.

La senda discurre paralela al río Barcia por un frondoso bosque de carbayos, conocido como “A Carballeira A Salgueira”, con un sotobosque diverso con numerosas especies de brezos, tojos, helechos, escobas, arándanos, etc. la fauna es rica en pequeñas aves, además del jabalí y el corzo.

Tras cruzar el rio Barcia se inicia un suave ascenso paralelo al Rego A Pasadía del que alcanzaremos prácticamente el curso inicial del arroyo y cruzaremos hacia la ladera del monte cercano. Se llega así al primer cortín de esta ruta “ El Cortín de Carrelo”, desde el que se puede observar una excelente vista de la zona.

Desde aquí, y en ligero ascenso alcanzamos el Pico del Orro, donde se observan las charcas producto de las extracciones mineras realizadas antaño en la zona.

Continúa la senda entre carbayos, densamente cubiertos de líquenes y musgos que atestiguan la pureza del aire que respiramos. Tras cruzar el Rego das Listas alcanzamos el segundo cortín de nuestra ruta, el “Cortín de Navallo”. Desde la senda se divisa, aunque no se llega, a un tercer cortín, cercano a la carretera y encima del pueblo de Barcia.
Desde este parte de la senda se puede observar un excelente paisaje, propio los Oscos, con praderías en frente pertenecientes a A Quintá, con su pequeña capilla y su tejo milenario, las montañas vecinas y el pequeño valle de Barcia con el río y sus vegas.

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